Revueltos pero no juntos
No parece que sepas mucho sobre la vida, tampoco parece que te hayas molestado nunca en intentar saber un poco más. Más allá de definiciones empíricas sobre el término, me limito a pensar que la vida es un conjunto de circunstancias que vienen dadas por un extraño Karma y que por raro que parezca, nos ponen a cada uno en su lugar.
Unos deciden vivir la vida como viene y otros se encargan de planearla al milímetro, pero lo que todos tenemos en común es que al final, desaparecemos. No importa cuanto hayas hecho o cuanto hayas trabajado para vivir mejor, ni si has evitado fumar, beber o comer fast food, lo que realmente importa es lo que te llevas, y eso no será un titulo universitario ni un fajo de billetes sino los momentos que hayas coleccionado, los libros que hayas leído, las personas que realmente te hayan aportado y sobre todo, haber llegado a sentirte útil para alguien o para algo.
No te rindas antes de intentarlo porque alguien te lo diga, no pongas excusas en cada cosa que hagas mal, aprende de los errores y pregúntate porqué tú y yo aquí, en este punto: revueltos pero no juntos, mirando la misma luna pero en camas diferentes, contando los días para no vernos.
Es como cuando intentas hacer una tortilla de patatas y te sale un revuelto, tu representas el revuelto, el que parece que congenia pero no acaba de mezclarse, bien porque no lo has dejado el tiempo suficiente o bien porque no tienes ni idea de como hacer tortilla y el resto de la humanidad representa la tortilla en su más puro estado de perfección, patatas y huevos uniéndose para hacer la mezcla perfecta.
No creo que ninguna persona haya nacido para estar sola, tampoco creo que haya gente mala, sino gente diferente pero tú, tú eres de ese 0,00001 % de gente que para entenderla habría que hacer un máster en idiotas. Frente a esto, no creo que fallen el resto, creo que fallas tú así que antes de comerte la hostia, deberías aprender a hacer tortilla.
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