
La línea imaginaria
Apenas ha pasado tiempo y siento que somos más desconocidos de lo que nos pudimos llegar a conocer algún día. No sé que le deparará la vida a cada uno, no sé qué me voy a poner mañana, lo único que sé es que la vida a veces es muy injusta. Fue injusta contigo. Siempre lo ha sido.
Tú, como todos, tenías la necesidad de no ser efímero. Encendiste el cartucho y lo quemaste rápido. Me quemaste muy rápido. Pretendías ser esa persona que, por mucho que pasase, siempre estuviese ahí para mí, pero lo cierto es que ni con pegamento querría que fueras esa persona. En el fondo, me alegro cada vez que un capullo como tú aparece en mi vida porque recuerdo el motivo por el que decidí hacer lo que hago.
Creo que la gente va buscando cariño, amor y sucesivos a cualquier precio, y no todo vale. Quizá no somos conscientes de la forma en la que lo hacemos o en la que estamos pidiendo auxilio, pero se ve. A mí no me apetece remar en una barca si no es en equipo, y las heridas que no cicatrizan solo se hacen más grandes cuando te vuelves a caer.
Quizá no es cuestión de suerte, ni de sanarse, ni de arreglar problemas anteriores. Quizá solo es cuestión de dejarse llevar y dejar ser, vivir. Sentir más y hablar menos. Dibujar una línea imaginaria que te lleve a un infinito, y ni siquiera pensar en ella mientras la dibujas.
0 Comentarios